¡Qué bonito es ver un grupo de niños cantando y bailando! Felices, ellos se mueven de varias maneras, intentan escuchar la música y acompañar su ritmo, están atentos a la letra y la repiten cantando, cambian los pasos, se inventan otros, procuran imitar a otras personas bailando.
En todas las épocas y en todas partes, las personas viven en un ambiente en que la música y la danza, con sus sonidos y movimientos están presentes. El niño se va acostumbrando al ambiente sonoro de su comunidad y de su familia, que tienen sus bailes y sus canciones preferidas. El pueblo brasileño es extremadamente musical. El hecho de ser una mezcla de indígenas, negros y blancos de distintos orígenes hace que tengamos una gran variedad de tipos de músicas y danzas.
Cuantas más oportunidades tengan los niños de escuchar músicas de distintos tipos (del cancionero popular, del folclore, religiosa o erudita), más estímulos tendrán para formar su “gusto musical”.
Las danzas están presentes en las fiestas populares, como el Carnaval y San Juan, en otras danzas folclóricas y también a través de la televisión, cine o teatro. Podemos observar que, desde pequeños, los niños ya acompañan las músicas que oyen con palmadas, moviendo los pies, moviendo la cabeza y las caderas.
La falta de sonido, radio, instrumentos de música no imposibilitan las actividades musicales. Las personas, adultos o niños, llevamos siempre con nosotros los instrumentos necesarios para esto: la propia voz y la capacidad de oír y reproducir sonidos y melodías. También podemos hacer música aprovechando objetos, cosas de la naturaleza que se encuentran a nuestro alrededor, en la comunidad. El contacto con diferentes sonidos y ritmos aumenta la capacidad de oír del niño. Acostumbrarse al ritmo es importante incluso para el aprendizaje de la lectura, ya que para que comprendamos lo que leemos debemos mantener un ritmo de lectura.
Son varias las oportunidades de hacer presente la música y la danza en las actividades con niños. Para empezar, es necesario intentar observar qué tipo de música y danza les gusta a los niños para cantar con ellos. Pero también es importante que conozcan otras músicas y danzas diferentes, así como es importante valorar mucho los cantos, músicas y danzas de la región. Con esto, ustedes estarán aumentando el conocimiento musical de los niños, evitando así, que se limiten a conocer nada más que lo que la radio o la televisión transmiten.
Los jóvenes, adultos, personas mayores y niños pueden compartir los momentos de actividades con músicas, bailes y cantos. Son momentos de encuentro, de intercambio de conocimientos y experiencias que acercan a las personas y les ayudan a valorar su identidad y la cultura del lugar donde viven.
Sugerencia de actividades con música y danza
Encuentros musicales de las familias
Puedes organizar mañanas o tardes musicales, convidando a los padres, abuelos, tíos, para que participen de momentos musicales con los niños. Se puede empezar la actividad pidiendo que hagan sonidos sin usar ningún instrumento. A continuación, poner algún disco o cinta y estimular a que acompañen la música con los sonidos del cuerpo. Enseguida, se pueden ofrecer algunos instrumentos y dejar que experimenten sus sonidos; convidarlos después a cantar o a oír músicas y acompañar su ritmo con los instrumentos. Se puede también incentivar a las familias para que enseñen a los niños las canciones que cantaban en su infancia, las danzas que bailaban, y también las canciones y danzas que les gustan ahora, y a partir de ahí, organizar un baile animado
Una idea para otro momento de encuentro es organizar una banda de música sin instrumentos de verdad, y con cada grupo de personas reproducir el sonido de un determinado instrumento musical. El animador de juegos pide a los niños y familiares que escojan los instrumentos que formarán la banda, y también puede sugerir algunos. Después, cada niño o adulto elige qué instrumento quiere “tocar”. Por ejemplo: guitarra, flauta, trompeta, campanillas, platillos, tambor. Para cada instrumento eligen un sonido:
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dararán, dan, dan…
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flauta: fin, firirín, fin, fin…
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Trompeta: to, tororó, to, to…
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campanillas: plin, pililín, plin, plin…
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platillos: tchen, tchen, tchen…
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tambor: terrontón, ton, ton, terrontón, ton, ton…
El animador de juegos, que puede comenzar como “maestro” (director) o elegir a otra persona para hacer este papel, organiza cómo va a tocar la banda, en qué momento entra cada instrumento y en qué momento para. La banda puede tocar acompañando una música conocida o inventando otra. Cada banda tocará de acuerdo con su “director” y sus “músicos”.
Encuentros musicales con artistas del lugar
En una de esas mañanas o tardes, se puede invitar a cantantes o compositores del lugar para que participen de un momento musical con los niños y sus familias.
Tarde o Mañana de canciones formando rueda o juegos cantados
Seleccionar varias canciones que se cantan formando una rueda y juegos cantados, para entretener a los niños y sus familias. Se puede hacer esta actividad, por ejemplo, antes o después de la Misa o del culto dominical o en un día de vacunas en el ambulatorio.
Taller musical
Organizar un Taller para la confección de instrumentos musicales con los padres y familiares de los niños. Una vez confeccionados, invitarlos a tocar y cantar con ellos.
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